lunes, 15 de diciembre de 2008

¿CUÁL ES EL FUTURO DE LOS VARONES?


Me escribe el amigo Eduardo Morales Reyes, Psicólogo y Logoterapeuta mexicano y me pregunta y se hace esta pregunta sobre el futuro del género.

La varonía está hoy en una encrucijada: Entre dejarse llevar por la sensación de vacuidad y desorientación o introducir cambios.

El malestar de género cada vez más audible nos hace pensar que esta segunda opción es posible. Viejas recetas acuñadas generación tras generación luego de la Revolución Industrial sobre qué es ser hombre y que hay que hacer, sentir (o no sentir) y pensar para sostener la identidad masculina hoy parecen impracticables.

Es necesario un nuevo enfoque de la varonía, que no necesariamente debe entenderse como una neo masculinidad; bajo ese rótulo se han agrupado en las últimas décadas una serie de comportamientos pseudo andróginos que pueden confundirnos. Por ejemplo, es indudable que el ideal patriarcal ha distanciado a los varones de la empatía con sus propias emociones y sentimientos; pero para recuperar la capacidad de despliegue de esos atributos no necesariamente debe femenizarse. Cuando algunos dicen que el varon debiera reencontrarse con su "lado femenino" seguramente lo haran en términos junguianos, pensando en un reconocimiento de su ánima, pero si este concepto no es aclarado desde ese constructo teórico puede inducir al error de pensar que el varon, para volverse mas humano, debe renunciar a su naturaleza masculina, lo cual, es una falacia.

El punto de referencia de la construcción de una masculinidad orientada hacia el sentido no es otro que el plano ontológico: en el terreno de los valores estamos en una zona en la cual estos bienes superiores no pueden ser contaminados con miradas parciales: los valores SON a-genéricos, no hay valores masculinos y valores femeninos; en el mejor de los casos habrá una forma masculina de ser piadoso, valiente, bello, justo, etc; y una forma femenina de serlo, en cada lugar y tiempo determinados; pero los valores trascienden la división de géneros.

Estamos convencidos que volverse HOMBRES DE BIEN, VARONES DE VALORES, es la salida hacia una masculinidad plena, verdadero punto de encuentro con el género femenino desde un lugar más humano.

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